14 de mayo Acosada
14 de mayo:
Algo me evitaba seguir durmiendo tranquila, un sonido en medio de la noche me hacia sobresaltar. Aturdida me senté en la cama y vi la imagen de Edward reclinado en mi ventana, sonriendo y llamándome con las manos. Una vez mas apreté mis parpados fuertemente y ladee la cabeza para despejarme, automáticamente el mas bello producto de mi imaginación desapareció.
Definitivamente Edward me estaba causando problemas sicológicos, creo que estaba obsesionándome con el: guapo, alto, tierno, caballeroso y muy sexi… definitivamente el hombre perfecto.
Un sonido retumbando en mi ventana me sobresalto, el sonido que me había despertado. Corrí hacia la ventana y vi por la gruesa la cortina con la esperanza de ver a Edward abajo, pero… Edward hubiera subido sin pedir permiso, me asuste al ver al chico de tez morena debajo de mi ventana, lanzando piedrecitas.
No sabia que hacer, pero después de la foto que me había dejado debajo de mío puerta necesitaba averiguar quien era Jacob Black. Respire hondo y asome la cabeza por la ventana.
-Bella –dijo con un suspiro.
-Quien eres? –pregunte enfadada –y que quieres en mi casa a esta hora? Sabias que aquí vive un jefe de policía?
Enarco una ceja –Charlie es el mejor amigo de mi papa Bella.
Abrí los ojos como platos, el sabia mucho sobre mi al parecer. Primero me había llamado Bella y ahora sabia que mi papa se llamaba Charlie.
-Vamos déjame entrar, necesitamos hablar –pidió.
Estuve apunto de dejarlo pasar, pero me di cuenta que cualquiera sabe mi nombre y el de mi papa si somos tan famosos en este pequeño pueblo.
-No dejo entrar ni hablo con extraños –dije con intención de darme la vuelta y cerrar la ventana pero sus palabras me detuvieron.
-Tu me amas y yo te amo, no me hagas esto, no tendré otra oportunidad de acercarme con Edward cerca.
Nombro a Edward, dijo que nos amábamos?
-Edward… Edward es mi novio –dije entre dientes y furiosa, me casare con el y a ti no te conozco.
-No me recuerdas, al igual que no lo recuerdas a el, como sabes que tu lo amabas?
-No tengo porque darte explicaciones a ti, un desconocido –dije prácticamente gritando –vete.
Me gire y cerré la ventana de un golpe.
Estaba furiosa sentada en la cama, ese tipo había desequilibrado mi verdad, lo que confiaba, lo que creía, todo lo que había construido en este tiempo intentando recordar no podía ser mentira. Pero había una pequeña parte de mi que desconfiaba y quería saber que era lo que quería a Jacob Black.
Sera que me iba a casar con Edward enamorada de otro?
Sera que yo era un monstruo que pensaba dejar plantado a Edward para escaparme con otro?
Charlie seria capaz de engañarme si la verdad que me presentan “mis amigos” no fuera la verdad?
Lagrimas frías empezaron a correr por mis mejillas, estaba mas confundida que el primer día que desperté en el hospital.
Baje a tomar agua y ver algo con que relajarme, eran las 4 de la mañana. Pero debajo de la puerta de mi dormitorio había un sobre negro con mi nombre.
Me estremecí.
Subí a mi dormitorio con el vaso de agua y el sobre, me senté en mi cama y temerosa deposite todo el contenido del sobre en la cama.
Eran fotos, muchas fotos con Jacob Black.
Los ojos se me llenaron de lágrimas nuevamente, pensando que tal vez yo si era un monstruos desalmado que pretendía hacerle daño a la persona mas maravillosa que había conocido en mi vida: Edward.
Tire todas las fotos bajo la cama sin verlas con atención y me aoville a llorar, a llorar como nunca lo había hecho… hasta que el sueño volvió a apoderarse de mi…
-Buenos días Bella durmiente –dijo una hermosa voz aterciopelada –tenemos trabajo que hacer. Su aliento me embriagaba, era como chocolate y menta. Sentí un cálido beso en la frete y poco a poco abrí mis ojos.
-Dios mio –dijo abriendo los ojos exageradamente –Bella mi amor has llorado?
Me abrazo fuertemente –todo esta bien, no te preocupes por nada –dijo meciéndome entre sus brazos.
-Edward estoy bien, solo… anoche me abrumo el echo de… aun no recordar nada –mentí.
-No quiero que pienses en eso, no mas –dijo sonriendo.
Me detuve a ver a mi alrededor, todo mi dormitorio estaba lleno de rosas rojas y había una caja negra encima de mi cama.
-Umm… y esto? –pregunte mirando sus hermosos ojos verdes.
-Sorpresa –dijo sonriendo alegremente.
Me reí muy fuerte, Edward muy bien podría encajar en la descripción de un príncipe, claro eso si le quitamos las malas palabras, las bebidas y lo pervertido. Bueno decían que era pervertido a mi AUN no me consta.
-Acaso huele mal mi dormitorio que lo has llenado con un delicioso olor a rosas? –pregunte enarcando una ceja mientras el acercaba la caja negra a mi.
-Para nada, huele delicioso, huele a ti –se rio nervioso –esto debería dárseme muy natural, pero como tu no recuerdas nada… no se… estoy nervioso…
Reí abrazándome la barriga.
-Edward Cullen se pone nervioso en mi presencia?
-Solo cuando voy a hacer algo tan importante –contesto levantando la tapa de la caja.
-Oh –gemí –Edward…
La caja tenia frutillas con chocolate y cada una llevaba una letra con chocolate blanco, abriendo una hermosa paleta de colores; las frutillas rojas, el chocolate negro y las letras en chocolates blanco que decían:
“Q-U-I-E-R-E-S- -S-E-R- -M-I- -N-O-V-I-A”
Edward sonreía y mi corazón estaba apunto de salir saltando de mi pecho…
-Entonces? –pregunto enarcando una ceja.
Me lance en su cuello y le di un apasionado beso –si si quiero –dije separándome de el. Sus brazos me rodearon la cintura y me devolvió el beso, se notaba que estaba contento y aun un poco tenso.
-Te quiero tanto –dijo tomando mi rostro con ambas manos.
-Yo… yo… también –dije jadeante.
Me acomode en su pecho y estuvimos abrazados por un tiempo indefinible…
-Acaso quieres que tu cuñada, mi hermana, la enana, duende esa me mate? -Edward lo regañe, se supone que es nuestro primer dia de novios –dije haciendo un puchero –vamos invéntate algo.
-No creo que eso sea bueno si quiero conservar mi cabeza en su lugar –dijo bromeando.
-Le temes a alguien que es 60 cm mas baja que tu?
-56 para ser mas exactos –dijo Alice entrando sin avisar a mi dormitorio. Charlie venia atrás de ella.
-No la pude detener –se defendió mi papa.
-Somos dos –dijo Edward.
-Bella acaso planeabas escabullirte de la invitación tan especial que te hizo Esme? –dijo haciendo puchero.
-No fue Esme, fuiste tu –la acuse señalándola –no me manipules sentimentalmente ¡CHISMOSA!
-Vamos Esme y Carlisle algún dia se enteraran que son novios no?
-Yo debía decírselos –intervino Edward –además este es nuestro dia.
-Ya han pasado toda la mañana y el almuerzo juntos, no seas egoísta con tu familia. Queremos conocer a tu bella Bella –dijo con ojitos dulces y riendo.
-No me convences Alice Cullen –dije poniendo en blanco los ojos.
Charlie rio y salió murmurando –esto es tan divertido.
-Asi paso la primera vez –Edward susurro en mi oído –exactamente asi.
-Secreto en reunión es mala educación –dijo Alice –ahora vete Edward.
-Porque? –grite
-Porque tu y yo nos debemos arreglar para la cena con nuestros padres –dijo sonriendo alegremente –te he comprado un hermoso vestido,
-Que?
-Yo mejor me voy antes que que me caiga un tacón en la cabeza –dijo Edward riéndose y lanzándome un beso –te adoro.
-Eres horrorosa sabias? –le dije a Alice.
-Si Edward me lo repite cada que tiene oportunidad –dijo simulando tristeza.
-Te odio.
-Yo también.
Pase lo que restaba de la tarde en mi dormitorio con Alice, ella estaba peinándome, cosa que yo creía innecesario pero era imposible decirle que no a Alice.
El vestido era hermoso. Color azul por supuesto, corto y con una pequeña cinta en la cintura que lo hacia ver dulce. Mi cabello iba suelto pero con ondas en todas sus puntas. Maquillaje tenue, solo rímel, lápiz labial y un poco de color en las mejillas.
Alice se puso un vestido gris, también corto y con cortes geométricos que la hacían lucir fresca y sencilla. Se arreglo su cabello con las puntas desordenadas, yo amaba el cabello de Alice Cullen.
A las 7 de la noche paso Edward en el volvo por nosotras, estaba vestido con traje y se lo veía realmente hermoso.
Alice se sentó en el asiento trasero y no paro de parlotear diciendo lo emocionados que estaban Carlisle y Esme, aunque yo estaba segura que este era otro de sus engaños. Edward y yo le seguimos la corriente.
Llegamos a un lujoso restaurante de comida Italiana, la mesa estaba reservada en una zona especial en la que solo estaríamos nosotros, era en la parte trasera del local, en un jardín y al pie de una pequeña piscina. Tenía solo 5 sillas, vino y música.
Esme y Carlisle ya nos esperaban en el lugar con una amplia sonrisa. Esme lucia encantadora, como modelo de pasarela y Carlisle se veía joven y guapo. Definitivamente eran la combinación perfecta y le daba gracias al cielo por haberlos unido y hacer que el hombre mas perfecto y guapo del mundo naciera, mi Edward.
-Bella –me saludo Esme –estas encantadora.
-Me siento insignificante a tu lado, te ves hermosa Esme –dijo siendo totalmente sincera.
-Gracias -se sonrojo.
-Bella –me saludo Carlisle –gracias por aceptar nuestra invitación.
-es un placer… aunque… no se hubiera molestado.
Todos miramos acusatoriamente a Alice. Ella sonrió cínicamente –las cosas deben ser, como deben ser –dijo mi amiga alegremente.
La cena estuvo de maravilla, conversamos, reímos y pude conocer un poco mas sobre los padres de Edward.
-Nos conocimos en el instituto, al igual que Uds. –dijo Esme.
-Ella me embrujo, me acosaba, ella se me declaro –dijo Carlisle bromeando.
-ya quisieras –dijo Esme –tu me seguías hasta el baño.
Alice Edward y yo reíamos fuertemente.
-Aish no le crean niños –dijo Carlisle –ella me dijo que nos iríamos de viaje y me emborracho, cuando me desperté ella estaba a mi lado, yo tenia un anillo en la mano y disque estábamos casados.
-No mientas papa –lo acuso Alice.
-Asi fue –dijo Carlisle alzando las manos en señal de inocencia –y ahora ya llevo 27 años embrujado y atado a esta brujita hermosa.
-Tonto –dijo Esme -Creen que acaso no es aburrido estar tanto tiempo con la misma persona?
-Golpe bajo –dijo Edward entre risas.
-vamos cariño tu me amas –dijo Carlisle –soy todo para ti.
-Ególatra –lo acuso Esme.
A las 10 Edward me llevo de regreso a casa, Alice venia con nosotros estaba saltando por todos lados hiperactiva.
-Alice me mareas –dijo Edward –siéntate en un lugar y para.
-Y verlos besarse toda la noche? –pregunto –no molestes, estoy aburrida… y si vamos a bailar?
Edward y yo la miramos en silencio, pero ella mas rápida que una bala saco su celular y llamo a Rose. Edward y yo escuchamos atento lo que decía:
“Rose que haces?… Ah si si si… estas con Emm y Jas… que te parece si vamos a bailar…. Umm… claro aquí los esperamos… las tienes aun? Eso seria genial… Adiós…”
-Ya vienen para acá, traerán las identificaciones falsas que usábamos cuando éramos aun menores de edad –dijo Alice riendo.
-En serio? –Pregunto Edward sorprendido –aun las tiene?
-Tu sabes que Rose guarda todo, no me sorprendería que tenga los exámenes reprobados que le dábamos para ocultarlos de Esme.
Los hermanos Cullen rieron un rato y luego empezó el escándalo. Edward y Alice no tenían ropa en mi casa y yo no tenia que ponerme como para salir a farrear así que hubo un pequeño cambio de planes y nos fuimos a la casa Cullen, allá seria el encuentro.
Alice se puso un vestido morado muy pegado al cuerpo que la hacia lucir sensacional, tacones altos y el mismo peinado extrovertido.
A mi me dio un corto vestido negro, muy muy muy corto, me sentía un tanto cohibida usándolo, pero Edward insistía que se me veía hermosa.
Rose llego despampanante con un pantalón de cuero negro y una blusa blanca muy sexi.
Los chicos se veían geniales, nada muy formal, pero se veían realmente guapos.
Fuimos a Port Ángeles a un bar, las chicas y yo tomamos margaritas, bailamos, reímos y hasta nos pusimos celosas al ver como miraban a nuestros novios.
Pude divisar a Jacob Black a un lado de la barra, pero no le preste atención y seguí bebiendo con mis amigas, estaba nerviosa.
Acaso ese chico me seguía?
Baile animadamente con Edward, definitivamente el era perfecto, bailaba genial. Era tan sexi. Edward era mi chico ideal.
Jacob Black nos miraba desde lejos y estoy segura que ninguno de los chicos lo vio, porque de lo contrario se hubiera formado un ridicula pelea.
No hable de eso con nadie y trate de disfrutar del momento, pero la memoria se me quedo en blanco en un momento…
Olvide el lugar y todo a su alrededor…
-Bella, nos iremos a casa –escuche la voz de Edward, lo veía borroso y el se reía –estas ebria.
-Sera? –pregunte –creo que tu también.
-Si yo también –dijo tambaleándose mientras salimos del local.
Alice brincaba y Rose vomitaba en a acera de la calle.
Era un desastre… y yo… yo… estaba en blanco sin recordar ni mi nombre.
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