Cap 33: La Fuerza del Amor

Por Diana Méndez   Publicado a las  11:33 a. m.   2 comentarios


CAPITULO 33 – NESSIE.

POV BELLA

Asentí temblorosa sintiendo como todo mi cuerpo se desvanecía a causa del impacto de sus palabras ¡el estaba aquí! Había cumplido con una promesa que yo nunca le permití que me hiciera, el estaba de vuelta para ver nacer a nuestro bebe... lo observe sin poder creerlo, mi Edward... su mirada tan cálida como el primer día, su tacto tan sedoso y amoroso... estaba aquí...

—Isabella ¿te duele algo? — preguntó aun con lagrimas de felicidad brotando por sus mejillas. Parecía tan nervioso y preocupado que no había dudas de que estaba bien, recordaba todo, me recordaba a mi.

—N-no s-solo he sentido u-un pinchazo y he sentido el l-liquido — susurre temblorosa acariciando su bello rostro — mi Edward...

—Si mi vida estoy aquí — susurró nervioso besando mi frente — luego hablamos de eso, te lo prometo. Ahora necesito prepararte... princesa nuestra niña esta apunto de nacer, no puedo creer que este aquí bien para verlo juntos mi vida, te amo, te amo, te amo... y recuerda que te necesito serena y tranquila...

Asentí entre sollozos nuestra niña... era el, claro que si. Me hablaba con esa certeza que tenia antes del accidente, después nunca había pensado en el sexo de bebe, ahora lo sentía conmigo de nuevo protegiéndome y cuidándome entre sus brazos de forma tan cálida como antes.

—Isabella voy a llamar a Esme, Alice y Rosalie para que me ayuden ¿de acuerdo? — asentí apretando sus manos — aun tenemos tiempo, no han empezado las contracciones y eso puede tardar ¿te damos un baño para relajarte mi cielo?

—Por favor — musite a penas con un hilo de voz por la emoción del momento.

Volvió a besar mi frente con emoción y con ese amor que siempre había tenido para mi.

—Bien mi vida, vuelvo enseguida voy a llamarlas para que me ayuden — me abrazo de nuevo fuertemente contra su pecho, luego comenzó a incorporarse y entonces el pánico se hizo presente en mi.

—No te vayas... — sentí el sabor amargo del miedo en mi voz.

Me observo con dolor, el entendía mis miedos.

—Princesa ya nunca mas me voy a ir, voy a estar junto a mi familia siempre. Por favor no estés así, no soporto ver ese miedo en tu mirada, te necesito bien — me tranquilizo pacientemente a pesar de sentir como su cuerpo temblaba a mi lado — vamos a hacer algo, te voy a tomar en brazos para llevarte al baño de abajo que es mas amplio y cómodo, necesitas estar relajada. Antes avisaremos a todos de lo que ocurre para que no estén preocupados ¿te parece princesa?

Asentí sonriendo.

—Te amo —susurre emocionada, mirándolo a los ojos.

Sus ojos brillaron aun mas.

—Yo también te amo princesa, no se como he podido dañarte tanto todo este tiempo... no me lo voy a perdonar jamas — su mirada y su dolor me decían que a pesar de todo el recordaba su anterior vida y también todo lo que había vivido estos meses tan doloroso para los dos.

—Edward... no llores, no estés así... ahora estas aquí y quiero que olvidemos todos esos malos momentos, hoy empieza nuestra nueva vida. Sentirte así hace que me olvide de todo y si quieres recordar algo recuerda el tiempo que hemos estado bien, felices y amándonos a pesar de no acordarte de mi... Edward lo superamos y nos volvimos a amar como antes, solo recuerda eso... La Fuerza Del Amor ha podido con todos los obstáculos que se nos han puesto en el camino — susurre inclinándome para dejar unos tiernos besos sobre esos labios que volvían para darme tanto.

Sus labios me devolvieron el tierno beso tierna y lentamente. Nuestro primer beso en nuestra nueva vida juntos ¿cuantas ya? Un beso lleno de malos recuerdos, de buenos, de dolor, amargura pero sobretodo de esperanzas, un nuevo mundo feliz se abría entre nosotros y esta vez seria para siempre.

Sentía el sabor amargo de ese beso, sentía el sabor del dolor mezclado con el amor y la felicidad del momento. Sus labios me besaban con esa ternura tan exquisita y delicada que el sabia, haciéndome sentir de nuevo tan amada y quería como en el primer día, como en aquel primer beso.

—Ven — susurro tomándome en brazos sonriendo sobre mis labios — te amo princesa, te amo tanto.

Me abrace a el emocionada, sus palabras sonaban bien de nuevo... trayendo toda esa felicidad que un día sin previo aviso nos habían arrebatado.

Con cuidado me sostuvo entre sus brazos, aun con lagrimas en los ojos ambos. Nos observábamos y nos parecía un sueño que nos estuviésemos observando con la misma mirada que antes. Cuando lleguemos a bajo todos los que estaban allí nos observaron de una forma extraña y entonces vi que Esme, Rosalie, Alice y mi padre lloraban, Carlisle, Emmett y Jasper están a punto de hacerlo.

—¿Que sucede? — pregunte a Edward asustada mientras limpiaba sus lagrimas

Su mirada se lleno de felicidad.

—Están felices princesa — dijo sonriéndome con calidez — ellos ya saben que estoy aquí recuperado... cuando los recuerdos han comenzado yo estaba donde tu me has dejado, iba a buscarte pero todo comenzaba... al final he gritado sin soportar el dolor de cabeza... todos han corrido hacia mi y entonces entre susurros les he confesado lo que me estaba ocurriendo... cuando me he sentido mejor he corrido hacia ti.

Mire de nuevo a todos, sonreí con afecto y emoción. Hoy todo parecía nuevo y extraño a la vez. Mi pobre Edward había sufrido hasta cuando comenzaba a recuperarse... ya todo estaba bien.

—Esme, Alice, Rosalie necesito vuestra ayuda — hablo Edward con cautela — Bella a roto aguas, aun no tiene contracciones pero me gustaría prepararla y acomodarla porque tal vez pronto comience, la necesito tranquila, no quiero verla mal.

—Pero aun no es el tiempo — hablo papa alarmado.

—Parece que no quiere esperar — sonrió Carlisle con emoción,

Rápidamente las mujeres se adelantaron hacia nosotros, ahora lloraban aun mas.

—Emmett vosotros cuidar de los bebes — mando Rosalie, luego al mirarnos me acaricio el cabello con ternura — ¿que hacemos Edward?

Edward aspiro nervioso mientras me observaba, en su cuerpo se notaba la tensión y los nervios por los que estaba pasando. No pude evitar hundir mi nariz en su cuello, mi hermoso Edward a mi lado. Los miedos por el parto ya no eran tan grandes, no si estaba el.

—Necesito que le preparéis un baño templado, ropa cómoda y que la cama este lista para cuando ella salga. Tenemos que mantener la calma, como Bella aun no ha comenzado con el parto vamos a estar aquí en casa, estar en el hospital la pondrá nerviosa y yo puedo cuidar de ella como doctor de igual manera. Voy a llamar a Benjamín, su ginecólogo para que todo este preparado en el hospital — hablaba muy pacientemente aunque sus manos y su cuerpo estuviesen temblando.

Rápidamente Alice, Esme y Rosalie se marcharon para preparar todo cuanto había dicho Edward. Los hombre nos siguieron hasta la sala, los bebes de Rosalie y Emmett dormían profundamente en sus respectivos carritos, cada día estaban mas hermoso.

Edward, con cuidado me sentó en el sofá y comenzó a acariciarme la espalda.

—¿Como te sientes? — se veía tan preocupado que nadie diría que era doctor.

—Algo incomoda por el liquido, pero estoy bien — lo tranquile tumbandome en el sofá con mi cabeza apoyada en sus rodillas.

Sus ojos permanecieron fijos en mi en todo momento, los míos en los suyos sin romper esa magia.

—Quiero que estés así de tranquila — me tranquilizo acariciando mi cabello — lo estas haciendo muy bien princesa.

Asentí con un nudo en la garganta.

—¿Recuerdas todo? — pregunte acariciando su mejilla.

—Todo mi vida, no es que lo recuerde, simplemente vuelvo a ser yo... me siento como antes, te siento como antes y dentro de mi esta todo lo que he vivido en la vida, sobretodo lo que he vivido contigo que es lo mas hermoso que me ha pasado nunca — parecía melancólico, no podía evitar sentir pena por todo lo que había pasado — hemos pasado tantas cosas en tan poco tiempo... aquel día me sentía mas feliz que nunca, de verdad comenzaba a sentir que podríamos lograrlo, pero todo cambio tan rápido...

—Cuéntame que ocurrió ¿puedes? — necesitaba saber de sus labios como había sucedido todo.

Suspiro, supe que le costaba recordarlo, no porque no lo recordase bien... todo lo contrario.

—Acababa de despedirte y la verdad llevaba todo el día sintiendo una punzada extraña, pero no quise preocuparte — siempre apartándome de todo y soportando el la carga — en cuanto te marchaste ella llegó, me preguntó que donde estabas... princesa quería matarte. Le dije que te dejase pero ella no pretendía hacerlo y arranco el auto marchándose de allí. La seguí y cuando estuve a su lado me apunto con una pistola... mi vida por la vuestra... no lo pensé, no había nada que pensar pero entonces a lo lejos vislumbre a la policía, subí los cristales y acelere... ella fue mas rápida y choco contra mi auto.

Oh dios mio, cuanto había sufrido aquel día por protegerme una vez mas. Jamas en la vida tendría como pagarle todo lo que el había sacrificado por mi desde el mismo instante en que se comprometió a hacerlo. ¿Que hubiese sido de mi vida sin el? No quería ni pensarlo.

—Lo siento tanto mi vida — susurre temblorosa — siento todo lo que has tenido que sufrir a mi causa, siento tanto no haber sido capaz de romper con todo lo que tenia que ver con ella... desde un principio y habernos ahorrado tanto dolor, de lo debo todo... jamas podre tener lo suficiente para agradecerte tanto.

—Shhh, si tienes y ¿sabes como? Olvidemosno de todo sin pensar en lo ocurrido y vivir el presente disfrutando de cada segundo juntos. Tu eres la que me ha dado tanto, tu porque eres la razón de que yo este aquí, eres la razón de mi existir y sin ti no soy nada... nunca lo fui — su declaración de amor me hizo volver a llorar, cuando había anhelado a mi Edward. Mi fuerza y mis ganas de vivir, el — prométeme que al menos hoy no vas a pensar en eso, solo piensa que pronto estará aquí nuestra bebita esperando por el amor que tenemos que darle ¿vale mi vida?

—Si — claro que si, no tenia caso volver al pasado y menos en un día como hoy — te amo.

—Yo también te amo — la intensidad de su voz, de su mirada, de sus manos me hicieron sentir la tranquilidad que necesitaba — ahora descansa mientras que se te prepara todo princesa.

Cerré los ojos agotadas por las emociones. Edward ya estaba recuperado algo que no era capaz de asimilar, todo había sido tan precipitado y me era imposible reaccionar ante ese echo. Me sentía en una nube por la felicidad que me suponía sentir a mi Edward, al hombre del que yo me enamore un día, ese hombre que daba su vida por mi a cada segundo sin pedir nada a cambio ¿podía amarlo mas? No lo creía posible. Luego también me tenia en un estado se schok saber que mi bebe iba a nacer de un día para otro, por mas que había intentado hacerme a la idea meses atrás, ahora que llegaba el momento me sentía superada. Muchas emociones, muchas sensaciones mezcladas en un solo día.

—Princesa —abrí los ojos rápidamente para encontrarme con su mirada llena de miedo — se que estas agotada pero aguanta un poco mas, cuando estés lista te puedes dormir antes de que todo el proceso comience.

—Solo pensaba — sonreí acariciando mi vientre. A pesar de todo parecía que el bebe estaba relajado.

Edward asintió y rápidamente sus manos fueron hasta mi vientre también y lo acaricio con una emoción que hizo que me sintiese abrumada.

—Parece tranquila — susurró tembloroso.

—O tranquilo — sonreí contradiciendolo — ¿te defraudaría que fuese niño?

—Jamas — afirmo con rotundidad — pero tengo la certeza que es niña, ya lo sabes mi cielo.

Papa, Jasper y Emmett observaban la escena sonriendo.

—Edward ya esta listo el baño — dijo Alice entrando en la sala — Rosalie y mama están preparando la habitación y también le prepararemos un tila para que esta tranquila ahora que aun puede.

Los nervios que parecían estar tranquilos o dormidos comenzaban a hacerse presente. Me daba pánico el momento de dar a luz ¿y si algo no salia bien? ¿y si yo no sabia hacerlo? Esos miedos me habían acompañado durante todo el embarazo y ahora que llegaba el momento me asustaban aun mas.

—Shhh tranquila — susurro Edward cargándome en brazos. Una vez mas el entendía mis miedos, lo sabia porque tenia la certeza que también eran los suyos.

Me cargo de nuevo con paciencia, sin dejar de besar mi frente y sin dejar de susurrar palabras tranquilizadoras en todo momento. Cuando lleguemos al baño, Rosalie se encontraba allí.

—Edward ¿necesitas ayuda para desvestirla? — sus ojos brillaban de una forma hermosa, se notaba su cariño hacia mi en ese momento.

—Si Rosalie y gracias. Bella parece que ahora se siente mas agotada y la noto mas dedil — quise protestar pero Edward tenia razón, me sentía agotada emocional y físicamente.

Con cuidado y paciencia ambos empezaron a desnudarme, soltaron mi cabello y finalmente me ayudaron a entrar en la bañera.

—Estoy fuera por si me necesitáis — dijo Rosalie saliendo del baño.

Relajándome me deje caer hacia atrás sintiendo la tranquilidad del momento, el agua cubría todo mi cuerpo y era una sensación muy relajante.

—Te voy a lavar el cabello mi vida — asentí incorporarme un poco dejándome mimar por el, sabia como hacerlo — le he dicho a Jasper que llame a Benjamín para que le avise sobre lo que pasando. No tienes que estar preocupada por que se valla a adelantar, ella ya esta fuerte y sana para estar con nosotros.

Sabia que trataba de relajarme con sus palabras mientras masajeaba y lavaba mi cabello.

—Te ves tan callada que se que estas asustada, veo el miedo en tus ojos pero quiero que sepas que voy a estar contigo en todo momento princesa. Todo va a salir bien, no te voy a mentir... yo también estoy asustado porque las cosas nunca han sido fáciles para nosotros, pero ya todo a pasado mi vida, ya vamos a estar bien, felices y tranquilos — asentí con los ojos llenos de lagrimas.

Sus miedos eran los míos, nuestra vida juntos la mayor parte había sido dolor y ahora en este momento esos miedos estaban presente.

—Ya varias veces hemos podido comprobar la fortaleza de nuestro bebe y esta vez sera igual — continuaba con voz melancólica haciendo que me sintiese mas tranquila — ¿aun no nos decidimos con los nombres?

Sonreí ¿de cuantas formas iba a tratar tranquilizarme y sacar varios temas para hacerme olvidar?

—Me gusta Nahuel si es niño ¿a ti? — me gire un poco para mirarlo, me sonreía con calidez.

—Es muy bonito ¿podría elegir yo si es niña? — preguntó emocionado. Rápidamente asentí, sabia la ilusión que le hacia — me gusta Nessie.

Era hermoso, si.

—Es precioso — susurre atrayendolo hacia mi para darle un delicado beso en los labios.

El me devolvió el beso con ternura, con amor y con mucho cariño. Un beso entrañable y hermoso que me hacia estremecer, un beso de los de mi Edward. Luego continuo enjabonando mi cabello, mi cuerpo. Todo de forma paciente y cálida, sus manos temblaban y mi cuerpo comenzaba a cambiar.

—E-Edward — susurre temblorosa cuando sentí un dolor intenso en los ovarios.

—¿Ya empieza? — pregunto alarmado. Asentí cerrando los ojos para soportar el dolor — shhh tranquila, tranquila... Vamos a sacarte, secarte y vestirte... tranquila.

Asentí aspirando, el dolor comenzaba a desaparecer, pero ya mis nervios estaban a flor de piel. Estaba asustada y aterrada por las próximas horas, no era capaz de controlar los temblores, mucho menos el llanto.

—Tengo miedo — susurre buscando su mirada cuando el me sacaba de la bañera.

—No, no princesa... lo vas a hacer muy bien, lo se. Tu eres valiente y fuerte shhh tranquila — musitaba abrazándome con fuerzas sobre su pecho — tenemos que saber cada cuanto tiempo son las contracciones, así que cada vez que venga una me avisas ¿esta bien?

—S-si — volvió a observarme y su rostro cambio.

—No llores cariño...shhh todo va a salir bien, lo prometo princesa — asentí temblorosa mientras el me secaba las lagrimas con delicadeza — piensa en su carita, piensa que estoy aquí... en unos días vamos a estar los tres en casa, sin poder dormir por las noches... todo sera perfecto.

No pude evitar sonreirle, era tan atento que me desarmaba aun en los momentos mas angustiosos

—Voy a sentir dolor... mucho — gemí asustada.

—Si sigues queriendo un parto natural y sin epidural sabes que un poco... puedes hacerlo mi vida, tu decides — asentí tratando de tranquilizarme.

Yo deseaba un parto natural aunque tuviese que pasar unos infinitos dolores, pero quería sentir todos los momentos del parto aunque fuesen dolorosos.

—Bueno vamos a prepárate, luego veremos todo eso — me rodeo con sus brazos y me llevo hasta el dormitorio para comenzar los primeros preparativos de ese momento tan emocionante y aterrador a la vez.

POV EDWARD

La angustia me iba a matar. Ahora ya estábamos en el hospital, Bella había comenzado a dilatar aunque lentamente y ahora estaba de cinco centímetro de dilatación. El momento se acercaba, sus sollozos se hacían mas intensos y sus dolores también, el saber que no podía hacer nada para calmarla me estaba matando.

—Princesa por favor tranquilízate — se retorcía sobre la cama — Benjamín dice que esto va lentamente... tienes que aguantar un poco mas...

—No puedo... — sollozo con angustia.

Nervioso por no poder hacer nada comencé a dar vueltas por la habitación, desesperado por que todo acabase ya.

—Hijo tu también te tienes que tranquilizar — dijo mi madre a mi lado. Ella, Alice y Rosalie no la dejaban sola — la vas a poner mas nerviosa ¿porque no sales un poco? Necesitas despejarte, estaremos aquí cuidando de ella.

—Nooo — grito Bella asustada — no te vallas...

Me encamine de nuevo junto a ella tomando sus manos para tranquilizarla, se veía tan asustada y horrorizada por todo que se me partía el alma. Su rostro estaba hinchado de tanto llorar, unas ojeras marcaban con crueldad su mirada y sus grititos de dolor era agonizantes.

—Shhh, shhh estoy aquí — acaricie su mejilla y su vientre — le voy a decir a Benjamín que te vuelva a revisar, tal vez estés avanzando.

Ella asintió temblorosa, su hermosa carita cubierta del sudor decían lo que ella estaba pasando. Me sentía impotente por no poder hacer nada para ayudarla. Si puede, yo mismo pasaría por todo eso para aliviarla del dolor.

—¿Podéis llamarlo? — pregunte a Rosalie, Alice y mama que observaban con angustia todo. Mama salio rápidamente.

.

Horas mas tarde Bella continuaba igual, aun peor. Ya comenzaba a estar muy cerca, su dilatación ya era de siete centímetros y solo faltaban tres para que el parto comenzara definitivamente, pero la agonía de la espera era insoportable.

—Edward... ya no soporto mas... siento que me voy a partir... en dos — gemía retorciéndose sin control.

Mi pobre princesa, que día tan duro para ella, tantas emociones...

—Bella deja que te pongan un calmante — suplique besando sus manos que apretaban a las mía fuertemente, causado por su dolor — estoy asustado y preocupado me duele tanto verte así. ¿Que puedo hacer mi vida, que puedo hacer?

—Estar a mi lado... con eso me calmas... — su brazos me rodearon con desesperación haciendo que quedase inclinada sobre ella.

Bese su frente, sus ojos, sus mejilla y sus labios con ternura, mi pequeña era tan valiente.

—Eres una campeona, te amo mucho mi vida — la acaricie para tranquilizarla — ya queda poco, lo estas haciendo muy bien, muy bien.

Pareció tranquila unos minutos mientras yo limpiaba su frente, pero de repente se incorporo bruscamente.

—Edward... ¡aiii! duele mas... ayúdame... ayúdame... — la bese, la abrace, la consolé para tratar de calmarla sintiéndome un miserable por todo lo que estaba haciéndole pasar.

—¿¡Donde esta Benjamín!? Maldita sea... — maldecí agobiado llamándolo por enésima vez.

Alice entro y en compañía de ella estaba al fin Benjamín. Nos pidió que abandonásemos la sala para explorar a Bella pero yo no quise hacerlo de nuevo. Ella apretaba mi mano con fuerzas, descargando su dolor mientras el ginecólogo la exploraba, trataba de aguantar sus quejidos de dolor mordiéndose los labios. Su mirada llena de miedo se perdió en la mía y me sentí desesperado sin saber que hacer, me sentía tan impotente por la situación.

—Edward voy a prepara el quirofano, en unos segundos los enfermeros la trasladan. Ya esta de nueve centímetros esto ya esta — suspire dejando que mis pulmones se vaciasen al saber que todo acabaría pronto.

—Gracias Benjamín — lo despedí cuando el se iba y corrí rápidamente para abrazar a Bella — princesa ya estamos... shh todo va a acabar ya mismo y veremos la cara de nuestro bebe.

—Si — sonriendo entre quejidos — ¿e-entras conmigo v-verdad?

—Por supuesto que si — la sentía tan asustada que se me partía el alma — tienes que hacer todo lo que se te diga. Lo vas a hacer muy bien, ya te queda muy poco, solo falta el ultimo paso.

Ella asentía entre dolores, apretando mi mano y tratando de no gritar, se veía tan vulnerable y valiente a la vez.

.

Ya en el quirofano la cosa parecía ir mas deprisa. Bella comenzaba a empujar aunque cada vez la sentía mas débil, mis lagrimas comenzaron a derramarse por toda la tensión que estábamos soportando.

—Vamos, ya queda poco Isabella — Benjamín la trataba de tranquilizar al igual que yo, pero Bella ya no podía mas — venga empuja.

—N-no p-puedo — susurro frustrada.

—Mi vida tranquila, vamos ya casi se le ve la cabeza — ella asintió y tras un grito desgarrado de dolor, empujo fuertemente — muy bien, muy bien princesa.

Al mirar ahí, se veía la cabecita de nuestro bebe y no pude evitar llorar como un niño pequeño cuando Bella empujo varias veces y finalmente tras su ultimo grito, nuestro bebe estaba en el mundo.

Con las manos temblorosas la saque y observe a una hermosa niña, nuestra niña.

—Es Nessie, Bella — se la acerque llorando sin poder creer el maravilloso regalo que había llegado a nuestras vidas. Bella al verla sonrió agotada y sollozo de felicidad.

—Dámela — pidió devilmente. Cuando se la di y las tuve a las dos antes mi fue el momento mas hermoso del mundo — es preciosa.

Bella lloraba como jamas la había visto antes. Llorando me abrace a ellas, a mi familia.

—Mi vida ya paso, ya paso. Te amo, te amo, gracias por darme a esta niña Isabella... gracias por todo mi cielo — sentí sus besos debiles sobre mi rostro y al incorporarme supe que algo no estaba bien.

—Dámela princesa, le voy a cortar el cordón — pedí con tranquilidad para que no notase mi estado de nerviosismo, ella sin protestar la soltó... gesto que confirmaba que algo ocurría.

Al mirar a Benjamín confirme mis miedos.

—¡¿Que ocurre?! — pregunte alarmado. Pero no me hizo falta ver mucho mas — dios mio, se esta desangrando...

—Edward tranquilo, a veces pasa — NO, no a mi mujer.

Rápidamente solté a Nessie a la enfermera que se encontraba con nosotros y con la ayuda de Benjamín comenzamos a curar y a taponar la herida. Bella lentamente cerraba sus ojos, con débiles y tristes gemidos.

—Isabella, abre los ojos mi vida — susurre aterrado tomando su cara entre mis manos — Benjamín sigue tu, necesito mantenerla despierta.

Benjamín asintió y junto con algunos doctores comenzaron a curarla. Pero Bella parecía tan débil e inerte que sentí que me desgarraba en dos.

—Mi niña, no me dejes por favor — suplique llorando — te amo, te necesito a mi lado mi chiquita.

—Edward, se ha desmayado pero esta bien. Tranquilízate por favor — ¡no podía!

Bella ya a penas gemía, no se movía y no abría sus ojos. Mi cuerpo comenzó a temblar, no, todo esto no podía estar pasando.

—Edward por aquí todo esta controlado — pero su pulso ya no era el mismo.

—No esta bien ¡necesito reanimarla! — grite desesperado,

Rápidamente Benjamín se puso junto a ella. Bella no volvía en si y su pulso continuaba bajo, todo era una agonía me estaba sintiendo morir.

—Princesa por favor, vuelve a mi... vuelve a mi — solloce sobre su pecho.

—Edward tranquilo, todo esta bien... solo esta dedil, nada mas. Te has asustado mas de la cuenta, Isabella a echo mucho esfuerzo y por eso a ocurrido esto, se le bajo la presión y por eso se ha desmayado, pero no le va a ocurrir nada — pero ya nada me tranquilizaba, no hasta ver a mi princesa despierta.

POV BELLA

La cabeza me iba a estallar, la presión en mi pecho me consumía y los dolores en el cuerpo eran insoportable. Aun ausente había oído como los médicos decían que todo estaba bien, los llantos incesables de Edward, pero no podía moverme, no podía consolarlo y eso me estaba destruyendo. Todo estaba bien, pero me sentía débil y entonces entendí los miedos de Edward ¿cuanto nos había salido algo bien? Pocas veces y el pensaba que esta seria una mas, pero todo estaba bien y lo había estado, pero su miedo había podido con el.

Lloro sobre mi pecho entre gritos y palabras de amor, hasta que sintió que mi pulso volvía a la normalidad y besó cada parte de mi rostro con desesperación, luego ya no sentí nada mas.

.

Sus caricias me hicieron volver a sentirme bien. Sin abrir los ojos supe era el quien me acariciaba con esa ternura mientras apoyaba su cabeza entre mis manos. Ya me sentía algo mejor y necesitaba explicarle que todo estaba como debía de estar, necesitaba calmar su pánico.

—Edward — apenas reconocí mi voz. Rápidamente levanto la mirada hacia mi, el dolor estaba marcado en cada parte de su rostro.

—Isabella — lloro abrazándome con desesperación — creí que te perdía, sentí que te perdía... te amo, te amo, te amo.

—Shhh Edward, no ha sido nada... te he oído en todo momento...— me abrace fuertemente contra el — tranquilo mi vida, tus nervios han podido contigo.

Sentí que se relajaba.

—¿De verdad estas bien princesa? — pregunto sin soltarme. Mi pobre esposo, no aguantaría otro parto así.

—Claro que si, no te mentiría y lo sabes — susurre acariciando su espalda.

Nos quedamos aferrados el uno en el otro, superando todos nuestros miedos, todo el dolor, ya todo había acabado.

—¿Donde esta Nessie? — pregunte. Edward levanto su mirada y a pesar de todo me sonrió.

—Ahora te la traen, esta muy bien princesa — asentí con las lagrimas por las mejilla — es hermosa y fuerte.

Lo aparte un poco de mi para verlo mejor y le sonreí emocionada.

—Una niña — el sonrió — tu princesa, no te has equivocado.

—Se parece a ti — acaricio mi mejilla.

No era verdad. Aun recordaba su hermosa carita... tan tierna y pequeña, se parecía a su papa.

—No es verdad, la recuerdo y es igual a ti — negó riendo con la cabeza — nunca nos pondremos de acuerdo.

—Lo se — apoyo su frente sobre la mía — te amo Bella, te amo tanto...

—Yo también te amo — cogí su rostro entre mis manos y tiernamente pose mis labios sobre los suyos.

Sus labios rápidamente me besaron con anhelo, nuestros miedos comenzaban a disiparse a media que el beso se hacia mas intenso y hermoso. Su lengua saboreaba cada rincón de mi boca como si fuese la primera vez, su aliento era tan cálido como siempre y sus labios se sentían salado por tantas lagrimas bebidas. Por esa razón lo bese con mas intensidad, demostrándole que estaba mas viva que nunca y que no había motivos para que se sintiese así. Sin dudarlo me devolvió en beso con el mismo sentimiento, nuestras lenguas danzaban juntas y alegres por estar unidas de nuevo, como seria siempre ahora.

—Felicidades mama — sonrió sobre mis labios. Un fuerte nudo de felicidad se instalo en mi pecho... mama.

Busque su mirada ilusionada.

—Felicidades papa — murmure devolviendole el gesto, suspiro y se aparto sonriendo.

Parecía tan emocionado... mama y papa...

—Me has dado algo tan grande mi vida, no tengo palabras para describir lo unido que me siento a ti por darme a ese ser tan maravilloso que ocupara cada segundo de nuestras vidas — todo lo decía sin dejar de acariciar mi mejilla y sonreírme ilusionado.

—A ti, siempre gracias a ti todo a sido posible — no podía ser mas feliz — lo hemos conseguido Edward.

Asintió con una inmensa sonrisa. Ahora si, teníamos toda una vida por delante para disfrutar de esa felicidad.

—Les voy a decir a todos que pueden pasar y te voy a traer a Nessie, a nuestra niña — asentí con un nudo en la garganta, nuestra hija... una hija de una amor tan fuerte como puro.

Antes de salir me lleno de un sin fin de besos llenos de amor y con una sonrisa en nuestros rostros lo vi salir. Cuando salio, mi mente se lleno de recuerdos.

La vuelta de Edward.

Sus besos y abrazos de nuevo.

El dolor punzante cuando rompí aguas.

El dolor y la desesperación del momento.

El duro pero hermoso momento del parto.

La cara de mi Nessie.

El llanto desgarrador de Edward.

Tantas emociones, tanto miedo, tanto dolor y ahora tanta felicidad en un solo día ¡quería gritarlo!

—Hola — susurro mi padre asomando su cabeza.

—Papa — solloce de emoción abandonándome a sus brazos — papa estoy bien, Edward... ¿ya has visto a Nessie?

Mi padre llorando asintió estrechándome entre sus brazos.

—Es muy bonita, tiene unos ojos hermosos... a pesar de adelantarse a pesado 2,850 kg y a medido 50 cm — sonreí ante ese nuevo dato para mi. Mi pequeña ya en el mundo, no podía creerlo.

—Ya quiero verla de nuevo — fue mas una suplica, a pesar de saber que Edward ya me la iba a traer.

—Le voy a decir el tío Harry, Sue y a toda la familia Cullen que entren — asentí, los necesitaba a todos.

Cuando papa salio, sonreí. Nessie Cullen Swan, mi nena que había venido a la vida el 10 de Septiembre, tres días antes de mi cumpleaños, el mejor regalo de todos.

Cuando la puerta se volvió a abrir todos me observaron con inquietud, sonriendo abrí mis brazos para ellos, esta era mi familia.

—Gracias a dios Bella — susurro Esme emocionada.

Junto con ella todo fueron diciendo palabras que hacían que se me encogiese el corazón... pensábamos lo peor, estas aquí, lo hemos pasado tan mal, todo se ha vuelto tan confuso...Edward había asustado a todo el mundo, un papa primerizo... mi pobre Edward tan asustado siempre por mi.

Sonreí a todos y les hice saber lo bien que me sentía. Les explique que al parecer Edward se había dejado arrastrar por el pánico y había visto cosas donde no las había asustado por la situación. Alice y Rosalie no se apartaron aun así de mi, hasta que la puerta se abrió y entraba Edward con nuestra hija en brazos envuelta en una mantita rosa.

—Nessie — solloce cuando Edward la entrego a mis brazos muy emocionado. En su rostro se reflejaba el orgullo de ser papa.

Tan perfecta, tan bonita, tan chiquita no pude evitar abrazarme a ella llorando de felicidad, besando cada parte de su tierna carita, era madre... madre de esa hermosa niña que había demostrado ser tan fuerte como el amor de sus papas.

—Edward — solloce sonriendole para que se uniese a nosotras en nuestro abrazo — gracias mi vida, gracias por este regalo tan maravilloso.

—A ti mi cielo... vuelvo a vivir gracias a ti y a todo lo que me has dado... nuestra Nessie mi cielo... nuestra niña — asentí sonriendo y nos observamos llorando con emoción y amor sin poder creer que fuésemos felices y que nuestra querida y esperada niña estuviese ya con nosotros.

Bajo la mirada de nuestras respectivas familias, nos abrazamos los dos rodeando a nuestra preciosa niña, nuestra razón de existir ahora, la que sin duda seria el centro de nuestras vida.

Todos aplaudieron muy bajito, observando a La familia Cullen Swan.

Acerca del Autor

Nos dedicamos a brindar información a todos los fans de la Saga Crepúsculo. Desde entonces nos hemos encargado de cubrir premieres, eventos, actualizar día a día nueva información sobre el cast. Después de que terminó la épica Saga en Noviembre del 2012, seguimos los proyectos de cada actor como corresponde.
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2 comentarios:

  1. Anónimo6/21/2013

    Awwww que hermoso por momentos crei que algo le pasaba a bella en el parto pero no ahora todo esta bien

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  2. Tenga cuidado con los estafadores. Por favor leer esto, Ayudaría usted ....

    Mi nombre es Karina me gustaría compartir consejos sobre cómo identificar un verdadero hechicero porque muchas personas han sido víctimas de estafa ya que me he encontrado con un montón de comentarios como Testimonios últimamente (yo era una víctima también) y de la experiencia y lo que sé yo decidimos escribir este post. Cuando un verdadero hechicero se le presente no es siempre particular, sobre el dinero. Él se preocupa más por su situación y se encuentra aa manera de ayudar a usted y no sólo por el dinero.

    ÁFRICA; alrededor del 70% de los fraudes son los africanos, no diciendo que no tienen lanzadores de conjuros real, aunque debido a que son espiritualmente dotados en África, pero creo que la suplantación es demasiado, la falsificación son más que la real. India y Nigeria es la tierra de vudú y donde habitan hechicero real. Me caí víctima de estafa dos veces a un tal doctor Ekpen y Sacerdote Quanda tanto de la India, los dos arrancaron me triturar antes de que me di cuenta de casi 3.700 dólares había desaparecido hasta que me encontré con El Gran SOLO WISE de Nigeria que me dijo cómo identificar una falsificación lanzador de hechizos, que me ayudó a conseguir mi ex sin fallas o excusa en 3 días. Estamos de vuelta y más feliz que nunca y, recientemente, la Gran SOLO WISE de NIGERIA me ayudó conseguí un buen trabajo pagado con la ayuda de su poderoso hechizo. Él es realmente de gran alcance de hecho, él es probado y de confianza ....
    Puede ponerse en contacto con él si necesita su ayuda o servicios a través de su e-mail a drsolowisetemple@gmail.com

    Por favor, mi pueblo Seamos cuidadosos, y guardaos de los estafadores y deja esquilar nuestra experiencia, la sugestión y soluciones para que podamos salvarnos de estos estafadores .. Recuerdos.

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